Canasta para baloncesto de Macramé

El fin primordial que debe perseguir el artesano tejedor e macramé es el embellecimiento de los objetos de uso cotidiano. En este sentido, todo es susceptible de ser mejorado, todo puede llegar a ser más atractivo, más bello, sin dejar de ser útil. Lo vamos a comprobar realizando este primer ejercicio que, además va a servir para quienes nunca tuvieron contacto con el macramé se convenzan que esta labor artesanal no encierra en si ninguna dificultad insalvable y se aficione a la vez a ver crecer entre los dedos los tejidos creados por ellos mismo en los ratos de ocio.
El tema que proponemos es sencillísimo y práctico. Confeccionaremos una canasta de baloncesto, tejiendo con hilo de algodón grueso—de 0.5 a 1 cm. De diámetro – sobre el soporte metálico que podremos adquirir en una tienda de deportes. Será un tejido muy suelto, de amplios nudos, muy elemental. Y muy divertido. Veámoslo.

Materiales necesarios: armadura metálica de la canasta, cordón grueso de algodón – de 5 mm. --- metro y tijeras.

1.Comenzamos el tejido fijando sobre el aro metálico los cordones dobles, uno envolviendo al otro, en nudo de alondra.
2.Fijos ya los cordones dobles, damos comienzo a la ejecución de una serie de nudos planos o dobles.
3.Vamos construyendo así las cadenetas características, todas con la misma longitud.

4.Deberemos tejer en total 16 tiras o cadenetas, todas con nudos planos y del mismo tamaño.
5.Tomando luego los dos hilos extremos de cada tira de nudos, hacemos dos nudos planos.
6.Repetimos la misma operación, uniendo así las diferentes tiras tejidas.
7.Tras esos nudos dobles, volvemos a tomar los hilos extremos de cada uno, y repetimos otros nudos dobles también.

 8.De esta manera, tomando hilos extremos de cada nudo anterior, avanzamos en el tejido de la canasta.
9.Los nudos se irán estrechando, para dar a la canasta su característica forma de embudo.
10.Hemos concluido el tejido. Resta solamente hacer unos nudos corrientes para adornar los flecos.
11.Distribuimos en cada cordel tres o cuatro nudos, separado a nuestro gusto.